“Tengo pruebas irrebatibles de que la mayoría de los usuarios que participaron en esta campaña se encontraban en Estados Unidos y que utilizaron sistemas automatizados para la viralización de los contenidos, sin ser penalizados por la red social Twitter”, salió a decir el ministro de Relaciones Exteriores del régimen comunista, Bruno Rodríguez.


El funcionario aseguró que los saqueos y disturbios se desarrollaron en el marco de una “guerra de comunicación y de información contra Cuba”. La culpa recaería sobre la etiqueta de Twitter #SOSCuba, que comenzó a circular a principios julio, por la grave situación sanitaria en Cuba desencadenada por el aumento de los casos de Covid.

De modo que para Rodríguez no hay hambre ni miseria, mucho menos una ola de contagios sin control, sino una conspiración externa.