Cristina Kirchner adelantó ayer que analizará con su par brasileña "cómo logramos seguir consolidando y desarrollando el sector autopartista" entre ambos países. El tema será "parte de la charla que tendremos con nuestra querida amiga y compañera Dilma" que estuvo prevista originalmente para el 8 de marzo. La jefa de Estado formuló declaraciones en un acto por la ampliación de una planta industrial en la localidad bonaerense de Tortuguitas.

"Tenemos una agenda bastante amplia con Argentina. Siempre discutimos todas las relaciones, las comerciales, las inversiones (...) Iremos a discutir todos los asuntos", adelantó por su parte Rousseff a la prensa antes de viajar.

La agenda de trabajo "está siendo definida este miércoles", pero la visita de la mandataria brasileña "puede extenderse" hasta el viernes, dijo a la AFP una fuente gubernamental que pidió reserva de identidad.

Un amplio abanico de temas pendientes incluye, por el lado brasileño, la preocupación por la caída de sus exportaciones a Argentina.

A los argentinos, en cambio, los desvela la decisión de la minera brasileña Vale de suspender un proyecto en Mendoza y un desbalance en el comercio de autopartes, según fuentes diplomáticas.

La cumbre de Buenos Aires se produce en momentos en que Paraguay eligió presidente al magnate del Partido Colorado Horacio Cartes, y así está en condiciones de regresar al seno de un debilitado Mercosur, que también integran Uruguay y Venezuela.

Paraguay había sido excluido del Mercosur y del bloque ampliado Unasur a raíz de la polémica destitución por parte del Congreso del presidente Fernando Lugo en junio pasado.

Venezuela también renovó liderazgo al elegir mandatario a Nicolás Maduro, quien reemplaza a Hugo Chávez, cuya muerte había obligado a suspender este encuentro Kirchner-Rousseff que debió realizarse el 7 de marzo en la localidad turística de El Calafate. El Senado de Paraguay aún tiene pendiente aprobar o no el ingreso de Venezuela al bloque.