La situación en Inglaterra es crítica. Los surtidores no tienen nafta como consecuencia de la falta de choferes de camiones. El pasado fin de semana, las interminables colas de autos obligaron a muchos comerciantes minoristas a cerrar a pesar de que el gobierno había dado garantías de que no falta combustible en el Reino Unido.

"Algunos de nuestros miembros, grupos grandes con una cartera de sitios, informan que el 50 por ciento están secos a partir de ayer, algunos incluso informan que hasta el 90 por ciento están secos a partir de ayer", dijo Brian Madderson, presidente de la Asociación de Minoristas de Gasolina, que representa al 65% de las estaciones de servicio de aquel país. 

La situación se le fue de las manos a tal punto al gobierno de Boris Johnson, que los consumidores se agolpan con bidones en los pocos comercios que aún tienen combustible para tratar de llevarse todo lo posible, dado que no parece haber una solución cercana al conflicto.

El gigante petrolero británico BP dijo que casi un tercio de sus estaciones en todo el país se habían quedado sin los dos grados principales de combustible, gasolina sin plomo y diésel, ya que la avalancha de compras de pánico obligó al gobierno a suspender las leyes de competencia y permitir que las empresas trabajen juntas para aliviar la escasez.

Para intentar subsanar el problema, gobierno inglés anunció un plan para emitir visas temporales para 5.000 camioneros extranjeros para suavizar la crisis en la quinta economía más grande del mundo. Las reglas de inmigración posteriores al Brexit generaron que los ciudadanos recién llegados de la Unión Europea ya no pueden trabajar sin visa en Gran Bretaña, como podrían haberlo hecho cuando el Reino Unido era miembro del bloque.

El gobierno se había resistido a ofrecer más visas durante meses, a pesar de una escasez estimada de unos 100.000 transportistas y las advertencias de la industria de varios sectores de que la pandemia de COVID-19 y el Brexit se habían combinado para empeorar la situación.

Los líderes empresariales han advertido que la mudanza de la visa es una solución a corto plazo y no resolverá una aguda escasez de mano de obra. El gobierno de Johnson tiene una postura distinta. Manifestaron que, a largo plazo, los trabajadores británicos deberían recibir capacitación para ocupar puestos de conducción.

La falta de conductores de camiones también ha afectado a las fábricas, restaurantes y supermercados británicos en los últimos meses. La escasez ha dañado las cadenas de suministro, lo que dificulta la comercialización de productos y ha generado temores de aumentos de precios en los meses previos a la Navidad.