El gobierno chino está encontrando nuevas formas de intimidar a los periodistas extranjeros, sus colegas chinos y sus fuentes, y el acoso ha alcanzado un nivel tan alto que al menos seis han abandonado el país, según un informe clave.

Los métodos incluyen el troleo en línea, las agresiones físicas, la piratería informática y la denegación de visas, así como lo que parece ser un estímulo oficial de demandas o amenazas de acciones legales contra periodistas, “generalmente presentadas por fuentes mucho después de que hayan aceptado explícitamente ser entrevistadas”.