Un temblor de 7,6 grados en la escala de Richter generó un alerta de tsunami en la zona del Anillo de Fuego del Pacífico, que luego fue levantado para todos los países, menos Filipinas (en cuyas costas se ubicó el epicentro), Indonesia y Palaos.

El fuerte sismo tuvo su epicentro frente al litoral oriental de Filipinas, a unos 146 kilómetros de la ciudad de Guiuan (provincia de Samar) y a una profundidad de 32 kilómetros.

En cambio, la advertencia de maremoto se levantó rápidamente para Japón, Guam, Taiwán, Palaos, Papúa Nueva Guinea y otras islas del Pacífico.

En tanto, el centro filipino de vulcanología advirtió a los residentes de zonas costeras que se trasladaran a terrenos altos ante el riesgo de que se produjera un tsunami tras el sismo.

Se estima que el temblor causó daños en la provincia de Samar, pero a esta hora no había reportes al respecto. Según testimonios, hubo puentes y caminos destruidos, mientras los pobladores se guarecían en los sitios más seguros.