Es una luchadora ambiental afrocolombiana que se ha enfrentado a innumerables amenazas de muerte y sobrevivió al menos a un intento de asesinato para convertirse en una de las principales figuras de la nueva izquierda latinoamericana.

Ahora, Francia Márquez, de 39 años, podría estar a punto de convertirse en la próxima vicepresidenta de Colombia después de que el favorito de izquierda, Gustavo Petro, la eligiera como su compañera de fórmula, una medida que ha entusiasmado a progresistas y activistas de derechos civiles en toda la región.

“¿Cómo no voy a llorar, si represento a las mujeres negras de este país?”. dijo Márquez, tras recibir la nominación el miércoles por la mañana. “Cada colombiano, en su diversidad, de las regiones, de cada territorio, hizo posible que estemos aquí”, dijo Márquez, quien, de ser elegido en la votación del 29 de mayo, se uniría a la costarricense Epsy Campbell Barr como uno de los únicos dos vicepresidentas negras en América Latina.

Francia indicó que: "agradezco a las personas que se han mantenido en resistencia por la vida, la paz y la justicia social”, agregó, prometiendo luchar “por los 'nadie' de este país”.

Márquez, estudiante de derecho y madre de dos hijos, proviene del departamento occidental del Cauca, devastado por la guerra, donde su abierta oposición a las mafias ilegales de extracción de oro la llevó a amenazas de muerte que la obligaron a huir de su hogar.

Más tarde encabezó una marcha de 80 mujeres de la Amazonía a Bogotá que duró 10 días y recorrió 350 millas, lo que llevó al gobierno a enviar tropas para sacar a los mineros y poner fin a la contaminación por cianuro y mercurio que causaban.

En 2018, recibió el prestigioso premio ambiental Goldman por su campaña. La selección de Márquez como compañera de fórmula de un aspirante presidencial serio rompe el molde en Colombia, donde desde la independencia, la política ha estado dominada por hombres blancos adinerados.