Hace dos décadas, Francisca ingresó a un hospital chileno para dar a luz a su primer hijo. La mujer seropositiva fue anestesiada para una cesárea y dio a luz a un bebé sano.

Pero cuando despertó después de la operación en 2002, los médicos le informaron a Francisca que nunca podría tener otro hijo. Sin su consentimiento, habían realizado un procedimiento de esterilización, diciendo que sería una irresponsabilidad de su parte tener más hijos debido a su condición de VIH.