Luiz Inacio “Lula” Da Silva consiguió imponerse al presidente en funciones, Jair Bolsonaro en las elecciones presidenciales brasileñas, por un mínimo margen y volverá a ser presidente del vecino país.

Con el 98% de los votos escrutados, Lula se hacía acreedor al 50,8% de las voluntades, mientras que Bolsonaro alcanzaba el 49,2%, es decir, en términos de encuesta, un empate técnico, que deja a un país partido en materia de preferencias sociales.

De este modo Bolsonaro se transformó en el primer presidente de Brasil que intenta la reelección y no la consigue, mientras que Da Silva gobernará el país por tercera vez, después de los dos períodos que lo hizo entre 2003 y 2010.