Sobre gustos, dicen, no hay nada escrito, pero masticarse una persona por puro gusto puede resultar un poco fuerte. La de Jair Bolsonaro fue una declaración impactante, incluso para un político que ha glorificado a los torturadores y pedido que se dispare a sus rivales.

“Me comería un indio, no hay problema”, alardeó Bolsonaro a un periodista extranjero en 2016, mientras describía un viaje a una comunidad indígena donde supuestamente le habían ofrecido la oportunidad de consumir carne humana.

Los líderes indígenas han rechazado la jactancia de Bolsonaro como una mentira más del presidente de extrema derecha de Brasil. El pueblo yanomami del territorio que Bolsonaro dice haber visitado dice que nunca se ha involucrado en tales actos.

Sin embargo, las imágenes de los comentarios de canibalismo de Bolsonaro, transmitidas por primera vez en su canal oficial de YouTube hace seis años, se han vuelto virales en las redes sociales y la oposición de Brasil las ha aprovechado como una prueba más de la depravación del presidente.