Algunos hablan de una "presidencia maldita", buscando refugio y excusa en la mala fortuna para los infinitos tropiezos y problemas de gestión que llevaron a que el demócrata Joe Biden, sea el presidente que peor lleva en materia de imagen pública a una elección de medio término, en los últimos 50 años.

El períodico inglés The Guardían, difunde una entrevista con Larry Jacobs, director del Centro para el Estudio de la Política y la Gobernanza de la Universidad de Minnesota. "Biden tiene una presidencia maldita. Ha sido atrapado por la continuación de Covid, por la inflación fuera de control, por un líder lunático en Rusia y ahora por los altos precios de la energía que están afectando el bolsillo de los votantes. Quieren poder obtener gasolina para sus autos y no gastar cien dólares", dice el presunto especialista.

En realidad, la pandemia no es excusa. El Covid explotó en el mundo un año antes de las elecciones que colocaron a Biden sorpresivamente en el Salón Oval. Jamás hubiese llegado allí sin ella. Cuando estalló la crisis, su predecesor y candidato a la reelección. Donald Trump, gozaba de la intención de voto mas alta que pudiese tenerse y se descartaba su reelección.

De hecho, los candidatos con jóvenes y con mas "futuro" del partido, se bajaron de las primarias para no ir a una derrota con Trump. Solo Biden y Bernie Sanders, dos veteranos sin chances de ganar la general, pero cuyos tiempos biológicos se agotaban, intentaron seguir. Biden se impuso Sanders y de pronto fue el candidato que aprovecho el daño que el Covid le hizo a Trump.

En todo el mundo, de pronto, todo oficialismo perdió las elecciones, simplemente por los desmanejos que una pandemia desconcertante e inesperada, generó en los gobiernos por buenos que hubiesen sido hasta entonces.

Por ende, la pandemia fue el capital mayor de Biden y no una maldición, fue la única explicación de su victoria. Lo que le quedó fue una pandemia de mucho menor intensidad, si no la pudo administrar, contando con la experiencia de los errores de su antecesor, fue incapacidad no maldición.

El especialista habla también de la "inflación fuera de control", como un evento fantástico, caído del cielo que perjudicó a Biden. Sin embargo, muchos norteamericanos entienden que en buena parte, esa inflación obedece a las malas políticas del presidente. Valga el ejemplo del alza del combustible. Decidió sancionar a Rusia en medio de la guerra con un bloequeo a la compra de combustible a su país y terminó generando un alza desmesurada del precio en los Estados Unidos, todo ello sin tener un Plan B. Es decir, perjudicó mas a los norteamericaos que a Putin.

El analista citado dice que los ciudadanos norteamericanos quien "poner gasolina en su auto y no gastar cien dólares". Pero saben que el precio del combustible no lo fijan los selenitas, lo fijan los mercados que valoran el abastecimiento, a menos combustible mayor precio y Biden decidió sancionar a Rusia, justo de ese modo.

Por otro lado Jacobs dice que a Biden justo le tocó "un líder lunático en Rusia". Vladimir Putin lleva mas de 20 años al frente de Rusia. Atravesó 6 presidencias norteamericanas diferentes, y el mismo "lunático" desde entonces, a ningún presidente de esos 6 se les escapó una invasión de Putin. La política exterior de los Estados Unidos en esta gestión Biden, es simplemente una espantosa improvisación.

Todos los líderes norteamericanos están intentando abandonar Afganistán, desde que dejó la presidencia el organizador de la invasión, Geroge Bush hijo. Pero nadie lo hacía porque entendían que el costo de tal medida era alto y que requería una planificación y un "proceso" muy complejo, para no arriesgar mas vidas estadounidenses. Pero Biden lo hizo. De un día para el otro. La sociedad le factura todos los soldados norteamericanos que perdieron la vida en esa apresurada medida.

Los ambientalistas norteamericanos lo han visto dormirse en la Cumbre del Clima, los vaivenes del empleo están dañando la moral de los ciudadanos que ven como tienen trabajo hoy y lo pierden mañana porque no existe una política seria de estabilización.

El manejo de la crisis de Ucrania fue espantoso, y lo reclama el propio presidente Volodymyr Zelenski. La invasión era un hecho hace meses. Estados Unidos no armó a Ucrania para que se defienda y ahora le manda pertrechos cuando ya está sitiada y miles de civiles muertos. Tampoco anticipó sanciones preventivas a Rusia para disuadir a Putin de realizar el ataque. Es decir, no se hizo para prevenir aquello de lo que ahora parece espantarse.

Biden llega a las elecciones destruido, pero no producto de una presidencia "maldita", con mala fortuna, sino de una serie de errores catastróficos propios de quien no estaba preparado para el cargo.