La anciana necesitaba unos treinta gatos por prenda. Al ser conducida ante el juez, se justificó diciendo que era una diseñadora retirada, y que había desarrollado una obsesión con los años: hacerse un tapado de piel de gatos.

Primero intentó criar ella misma a los felinos, pero como se encariñaba con ellos, le resultaba difícil sacrificarlos  y desollarlos.

Entonces no tuvo mejor idea que robarles los gatos a sus vecinos, con los que no tenía muy buena relación. De esta forma comenzó su carrera como secuestradora y asesina de gatos, una historia que conmovió a Waco, una pequeña ciudad de Texas, en el centro de los Estados Unidos.

Los vecinos comenzaron a sospechar cuando vieron sus tapados de piel bastante extraños, reconociendo algunos, incluso,  la piel de sus mascotas perdidas. Por ese motivo contrataron a un detective privado para que le siguiera los pasos a la anciana de 85 años.   Luego de seguirla por varias semanas, el profesional registró en un video como la anciana robaba un gato. Esa evidencia fue suficiente para denunciarla a la policía, que la arrestó poco después.

Su método era atraer a los gatos con comidas y golosinas, los atrapaba y los encerraba en un sótano, donde los cuereaba. Más tarde trataba la piel con un complejo proceso de deshidratación, y confeccionaba los tapados. Se calcula que usaba treinta gatos por prenda, y en su casa se encontraron más de veinte tapados.