Unos 30.000 alemanes marcharon hoy por varias ciudades y los monumentos más emblemáticos del país apagaron sus luces en protesta contra las manifestaciones celebradas en Dresde por un grupo que denuncia la "islamización" de Europa, que han atraído a un número creciente de participantes y alarmado a la sociedad.

Los organizadores de las "contramarchas" y los impulsores de dejar a oscuras la berlinesa Puerta de Brandeburgo o la catedral de Colonia dijeron que su objetivo era promover la tolerancia y repudiar el racismo y la xenofobia del grupo Pegida, que hoy sin embargo celebró su mayor concentración hasta ahora en Dresde.

La agencia de noticias alemana DPA, que citó a fuentes policiales, informó que unas 5.000 personas se manifestaron hoy contra Pegida, acrónimo en alemán del grupo Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente, en Berlín.

Otras 2.500 salieron a las calles en Colonia y 22.000 más marcharon por las ciudades de Stuttgart, Hamburgo, y Muenster, agregó la agencia de noticias.

No obstante, la principal concentración de Pegida, en Dresde, una región oriental con pocos inmigrantes o musulmanes, atrajo hoy a 18.000 personas, marcando un nuevo récord desde el inicio de estas manifestaciones, hace 10 lunes, informó la policía.

Las marchas de Pegida son un desafío para la canciller alemana, Angela Merkel, quien en su mensaje de fin de año condenó las concentraciones islamófobas y valoró la inmigración como un beneficio para toda Alemania.

"No sigan a quienes convocan estas manifestaciones, ya que a menudo sus corazones albergan prejuicios o incluso odio", dijo la canciller, en tono contundente, en su tradicional discurso a la nación con ocasión de la entrada en 2015.

Una de las integrantes de Pegida, Kathrin Oertel, fustigó a la jefa de gobierno por su discurso, diciendo ante la gente reunida hoy en Dresde que "en Alemania tenemos de nuevo represión política".

"¿O cómo lo verían ustedes cuando somos insultados y llamados racistas o nazis abiertamente por todos los partidos políticos tradicionales y por la prensa por nuestra crítica justificada de las políticas de asilo de Alemania y por la inexistente política de inmigración?, se preguntó ante una multitud que la ovacionó.

Pegida ha tratado de ampliar su capacidad de convocatoria distanciándose de la extrema derecha, con un mensaje en su página de Facebook que afirma que está "contra los predicadores del odio, sin importar la religión" y contra el "radicalismo, sin importar si está motivado religiosa o políticamente".

"Pegida está a favor de la resistencia contra una ideología política antimujer que enfatiza la violencia, pero no contra los musulmanes que viven aquí integrados", agregó el grupo en su página.

También prohibió cualquier símbolo o eslogan neonazi en sus marchas, aunque ha sido elogiado y apoyado por varios conocidos grupos neonazis.

Se trata de la décima semana en que Pegida organiza sus manifestaciones, de nuevo en lunes, a imagen de las marchas que en 1989 discurrieron por todo el este de Alemania, durante la llamada Revolución Pacífica de la disidencia germanooriental que precipitó la caída del Muro de Berlín, en 1989.

En paralelo se han convocado en otras partes del país manifestaciones de propósitos similares y con nombres parecidos: "Legida", en Leipzig, o "Bärgida", en Berlín.

Asimismo se han multiplicado las contramanifestaciones en todo el país, con el apoyo explícito del gubernamental Partido Socialdemócrata, Los Verdes y La Izquierda, en rechazo al racismo y al movimiento islamófobo.

En Colonia, el deán de la catedral, Norbert Feldhoff, decidió hoy apagar las luces de este monumento histórico y arquitectónico en señal de desacuerdo con una marcha islamófoba en esa ciudad.

Después, autoridades locales y otras entidades, como la Iglesia evangélica, se sumaron a su gesto y desconectaron la iluminación de otros lugares representativos.

El partido de los Verdes había solicitado al gobierno de la ciudad-estado de Berlín que apagara la Puerta de Brandeburgo y finalmente, después de que la conocida "torre de la televisión" de la capital se quedara a oscuras, la simbólica puerta perdió la luz, al igual que la Columna de la Victoria, en el Tiergarten.

"Apaguemos la luz a Pegida", habían pedido los socialdemócratas a través de su cuenta en Twitter, animando a participar en las contramanifestaciones.

También a través de Twitter, el ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas, instó a no callar ante quienes quieren "instrumentalizar" los miedos de los ciudadanos "con fines xenófobos".