Al menos 14 personas murieron y otras 25 resultaron heridas por la explosión de tres bombas en un funeral en la aldea de Shateb, en la provincia de Diyala, en el este de Irak. Los heridos fueron trasladados al hospital más cercano y las autoridades anticiparon que el número de víctimas puede aumentar, debido a la gran cantidad de personas que había en el lugar.

Mientras, en la capital, la ola de atentados dejó al menos 16 muertos y 70 heridos. Cinco personas perdieron la vida y otras 12 resultaron heridas por la explosión de un coche bomba en un mercado popular del barrio de Al Hasiniya, en el noreste de Bagdad. Además, tres personas murieron y 15 resultaron heridas tras el estallido de un vehículo con explosivos en otro mercado popular, Shalal, también en el noreste de Bagdad, y otras dos más fallecieron en el zoco de Abidi, en el este, al estallar un artefacto explosivo.

Los coches bomba dejaron también víctimas mortales en la plaza de Al Andalus, en el centro de Bagdad, donde murieron dos civiles y otros ocho resultaron heridos. Lo mismo sucedió en la zona de Shaala (noroeste), donde dos personas murieron y diez resultaron heridas, mientras en la céntrica calle Sanaa hubo otra víctima mortal y nueve heridos de otro coche bomba. Por último, un oficial de la policía iraquí murió tras la explosión de una bomba adherida a su vehículo en Zaafarin, en el sudeste de Bagdad.

Los atentados contra civiles y fuerzas de seguridad en Irak se acentuaron en el último año, en medio de una fuerte crisis política entre la minoritaria comunidad sunnita y el gobierno central del chiita Nuri al Maliki.