Documentos confidenciales han revelado que el gigante de las telecomunicaciones Ericsson, ayudó a pagar sobornos al grupo terrorista Estado Islámico para continuar vendiendo sus servicios después de que los militantes tomaron el control de gran parte de Irak.

La filtración de las investigaciones internas de Ericsson, que también encontraron que la firma había puesto en riesgo a sus contratistas y permitió que fueran secuestrados por los militantes, es potencialmente dañina para la multinacional.

Además de los hallazgos sobre los supuestos pagos a IS, las investigaciones descubrieron denuncias de que la empresa estuvo involucrada en actos de corrupción en al menos 10 países de cuatro continentes.

Eso sugeriría un patrón de irregularidades por parte de Ericsson que es mucho más amplio de lo que el gigante de las telecomunicaciones admitió públicamente en 2019, cuando llegó a un acuerdo de mil millones de dólares con el Departamento de Justicia de Estados Unidos. 

Ericsson, con sede en Estocolmo, emplea a 100.000 personas y vende equipos de telecomunicaciones en 180 países. Desempeña un papel de liderazgo en el desarrollo de la próxima generación de tecnología de telefonía móvil 5G en el Reino Unido.

Hace dos semanas, el precio de las acciones de Ericsson se desplomó un 14 % cuando, alertada de que se habían filtrado los informes internos a los medios de comunicación, emitió una declaración pública en la que admitía “graves infracciones de las normas de cumplimiento” en Irak entre 2011 y 2019.