El 25 de diciembre de 1991, Mijaíl Gorbachov anunció su renuncia como presidente de la URSS y firmó un decreto por el que traspasaba el control de armas nucleares estratégicas al presidente de Rusia, Borís Yeltsin. Aquella drástica decisión fue el resultado de una serie de procesos políticos y económicos que se habían estado desarrollando en el territorio de la antigua URSS desde mediados de 1980.