En un mundo en el cual la informalidad representa más del 70 por ciento del empleo y un tercio del Producto Bruto Interno (PBI) de los países emergentes, Islandia se apunta un éxito relativo. El de la reducción de la jornada de trabajo. De trabajo formal. Un experimento realizado entre 2015 y 2019 en el ayuntamiento de la capital, Reikiavik, y en el gobierno nacional sin disminución del salario.