La denominada "reina de la televisión" de los Estados Unidos, Oprah Winfrey, baja hoy el telón de su conocido programa que, tras 25 años en el aire, se convirtió en uno de los más influyentes de la pequeña pantalla y confesionario de famosos.

El carisma de Winfrey y su naturalidad a la hora de hablar de sus propios traumas generaron una relación de confianza y admiración con una legión de espectadores, principalmente mujeres, que llevaron a "The Oprah Winfrey Show" a ser el "talk show" diurno de más audiencia en la historia del país y también el más longevo.

El éxito de la presentadora, un claro ejemplo del llamado "sueño americano", hizo que pasara de ser una hija única de madre soltera criada en una localidad humilde en Misisipi a una de las personas más ricas de EEUU, con una fortuna que rondaba en 2010 los 2.700 millones de dólares (unos 1.900 millones de euros), así como una de las más poderosas.

Winfrey, de 57 años, es hoy en día uno de los líderes de opinión estadounidenses más importantes. Su explícito apoyo a Barack Obama en 2008 fue un revulsivo para la campaña presidencial del entonces senador, quien ha aparecido varias veces en su programa, donde también han sido populares las recomendaciones literarias de Oprah.