El Loco de la Colina llegó a picos de un millón de oyentes en España, era retransmitido en Argentina y en Uruguay. Muchos en los '80 nos dormíamos con la radio bajo la almohada escuchándolo. Un creativo y extraordinario comunicador que según sus propias palabras: “se aferraba al micrófono como un náufrago. Alguien que miraba las estrellas sin olvidar lo que pasaba a los demás en la tierra”. Era muy parecido a eso.

Ayer falleció un mito de la radiofonía en español, Jesús Quintero, a los 82 años, sin aparente antecedente de salud, simplemente se durmió. 

En 1989 vino a trabajar en la Argentina. Una de sus tantas celebres entrevistas en nuestro país fue al asesino Robledo Puch en la cárcel de Sierra Chica. El brutal criminal se emocionó al recibirlo: “¡Ah!, ¿usted es El loco de la colina?”, preguntó.

Estando en Buenos Aires, sufrió un violento robo. Entrevistado por la periodista Leila Guerrero dijo: “Desde luego que esto no ha cambiado mi forma de ver las cosas. A mí me parece que es mejor sufrir la injusticia que cometerla. La cárcel es un reflejo de lo que sucede afuera, y no voy a caer en la condena ahora que me ha tocado a mí. Mi postura sigue siendo la misma con relación a la violencia. Los perseguidos persiguen. Los violentos de hoy padecieron la violencia de ayer. Porque no es lo mismo a que te levantes en villas miserias, rodeado de violencia, de mugre y de desesperación. No sé cuántos medios de comunicación me han llamado por esto que sucedió, pero muchos más que por los programas que hago. Esto es un circo y así están las cosas. Una persona ve en la televisión a unas chicas bailando sobre una tabla de surf, a las estrellas del rock, al consumismo, y en un día de desesperación toma la pistola y va a tomar el dinero por su cuenta, porque nunca lo ha tenido. La razón profunda es la desigualdad. No es posible que la mitad del mundo se muera de hambre y la otra mitad de colesterol”.

Siempre es fuerte el dolor cuando muere el talento y el arte. Quintero era eso. Era el mítico Loco de la Colina.