Miley Cyrus se tomó un día de descanso para pasear en su espectacular vehículo con su hermana Noah. Sin embargo, un fotógrafo las encontró y terminó con la calma de la salida.

Muy enojada, la cantante decidió frenar y pedirle ayuda a la Policía. Miley llamó al 911 para que "espanten" al paparazzi y la dejen circular tranquila por las calles de Beverly Hills, en California.

Cyrus consiguió que un patrullero la escolte hasta su casa, pero no pudo evitar que les tomaran fotos mientras paseaba con su hermana.