El jueves 15 de agosto a las 20:30 horas la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires llevará a cabo en el Teatro Colón el décimo primer concierto de su temporada 2013. Será conducida por su titular, el maestro Enrique Arturo Diemecke, e intervendrá como solista el pianista cubano Marcos Madrigal.

El programa estará integrado por Rhapsody in Blue de George Gershwin (1898-1937) y la Sinfonía Nº 5 de Gustav Mahler (1860-1911).


La Orquesta Filarmónica de Buenos Aires obtuvo dos Premios Konex de Platino como la mejor orquesta argentina de las últimas dos décadas, en 1999 y en 2009. Recientemente ha sido distinguida con el Premio “Mejor Orquesta Sinfónica Argentina” de 2012 por la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina.

Desde 2007, el maestro mexicano Enrique Arturo Diemecke es director musical de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. Como director artístico este año realiza su segunda temporada al frente de la Filarmónica de Bogotá, la duodécima con la Sinfónica de Long Beach (California) y la vigesimocuarta con la Sinfónica de Flint (Michigan). Dirige con frecuencia orquestas de todo el mundo. La Sociedad Mahler le otorgó una medalla por sus versiones de las sinfonías completas y fue galardonado con el Grand Prix de l'Académie du Disque Lyrique en varias ocasiones.

Marcos Madrigal estudió en su ciudad natal, La Habana, con Teresita Junco. Perfecciona su formación en el Conservatorio de Lugano (Suiza) y en la Academia Internacional de Piano Lago de Como (Italia), en especial con el maestro William Grant Naboré. Entre los numerosos premios que obtuvo se destacan el primer premio europeo de ejecución pianística en el III Concurso Internacional de Piano “Ciudad de Avezzano”, Italia (2008), y el prestigioso Premio Internacional Medalla de oro “Maison des Artistes” 2012, otorgado por la Asociación de Cultura, Arte y Ciencia de Roma.

En su Rhapsody in Blue (1924), para piano y orquesta, George Gershwin integra la música popular norteamericana con el género “clásico”. Utiliza una forma del siglo XIX, la rapsodia, la más libre y la que mejor se prestaba a sus intenciones. Dentro de esta estructura los ritmos y las inflexiones melódicas y armónicas del jazz y otros géneros -ragtime, blues- adquirieron una dimensión arrolladora. Antes otros compositores como Stravinsky y Milhaud habían experimentado esta fusión, pero para ellos era algo exótico, para Gershwin era un modo natural de expresión.

Gustav Mahler volvió al ámbito de la sinfonía puramente instrumental en la Sinfonía Nº 5, luego de sus tres sinfonías anteriores, en las que había utilizado la voz humana como vehículo de expresión de sus preocupaciones poéticas y filosóficas. La realizó entre 1901 y 1902, pero continuó revisándola hasta poco antes de su muerte. Más abstracta y contrapuntística que las precedentes, utiliza una gran orquesta, que por momentos es tratada como un conjunto intercomunicado de grupos de cámara: una de las cualidades más notables del pensamiento sinfónico de Mahler.

Para mayor información por localidades se puede ingresar a www.teatrocolon.org.ar


Fuente: Martín Leopoldo Díaz