Pudo haber nacido en Sevilla, en Málaga o en la mismísima Madrid, pero no. Lo hizo en Avellaneda, a pasitos de la ciudad de Buenos Aires, el 26 de marzo de 1930.

En el país había un presidente radical, llamado Hipólito Yrigoyen, al que le quedaban menos de seis meses en el poder. Llegaría en septiembre el golpe de estado y el inicio de “la década infame”.