Kevin Spacey abordó la séptima jornada del proceso en el que Anthony Rapp lo acusa de agredirlo sexualmente en una fiesta en 1986, cuando tenía 14 años y Spacey 26. Este lunes, frente una corte en Nueva York, testificó que nunca tuvo un avance sexual con el actor acusador.

Rapp testificó antes en el juicio que logró liberarse y salir debajo de Spacey en el encuentro en el que ambos estaban vestidos antes de escapar del apartamento, pero no sin que Spacey lo siguiera a la puerta y le preguntara si estaba seguro de que quería irse. “No son reales”, dijo Spacey sobre las acusaciones.

Spacey dijo que había conocido a Rapp y a otro aspirante a actor, John Barrowman, tras bambalinas después de la actuación de Spacey en Broadway en “Long Day’s Journey into Night”. Dijo que los llevó a cenar, a un club nocturno y finalmente a su estudio, donde coqueteó con Barrowman, que tenía 19 años en ese momento, pero no mostró interés en Rapp antes de que los dos visitantes se fueran.

“Tuve una dinámica familiar muy complicada”, comentó haciendo alusión a su padre. “Mi padre era un supremacista blanco y neonazi. Eso significa que mis hermanos y yo nos veíamos obligados a escuchar horas y horas de mi padre sermoneándonos sobre sus creencias”, declaró Spacey. También agregó que en ese momento empezó su “odio a la intolerancia”.

“Todo lo que pasaba en esa casa era algo que me tenía que guardar para mí. Nunca, nunca hablé de esto. Nunca he hablado públicamente de esto”, dijo.

Cuando Spacey comenzó a interesarse por el teatro, tuvo que aguantar los insultos de su padre: “solía gritarme ante la idea de que pudiera ser gay”.

El abogado de Spacey argumentó que se desestimara el caso bajo los argumentos de que los abogados de Rapp no habían demostrado sus acusaciones.