En medio de un fuerte despliegue policial, la justicia rusa comenzó hoy el juicio contra tres integrantes del grupo femenino de punk "Pussy Riot", que arriesgan penas de hasta de 7 años de cárcel por realizar una protesta contra el gobierno en la catedral Cristo Salvador de Moscú.

Las tres artistas de "Pussy Riot" (Desmadre Vaginal), quienes participan del proceso desde el interior de una jaula de cristal emplazada a un costado de la sala, están acusadas de "vandalismo" por irrumpir en una zona restringida de la catedral, donde comenzaron a tocar y cantar en ropa interior.

"Madre de Dios, echa a (presidente Vladimir) Putin", decía la canción entonada por Nadezhda Tolokonnikova, Yekaterina Samutsevich y María Aliojina el 21 de febrero de este año, en la que se acusaba al patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kiril, de creer en el presidente de Rusia y no en Dios.

El hecho fue una protesta contra las crecientes "tendencias autoritarias" en el país, explicaron las rockeras -que llevan casi cinco meses en prisión- en una declaración leída en el juzgado en el que subrayaron que Pussy Riot es una banda política que hace uso de su libertad de expresión.

Violetta Volkova, abogada de las tres mujeres, solicitó al inicio del juicio más tiempo para poder analizar las 3.000 páginas de las actas de la investigación, informó la agencia alemana de noticias DPA.

El proceso levantó una serie de críticas desde organimos de derechos humanos, que lo califican como una "farsa" cuyo objetivo es asustar a la oposición.

La audiciencia fue transmitida en vivo por Internet. Fuera del edificio, en tanto, simpatizantes y seguidores del grupo gritaban consignas tales como "Libertad para Pussy Riot".

"Esto es una venganza política", dijo el ex vicejefe de gobierno y crítico de la actual administración Boris Nemtsov.

Las tres mujeres recibieron la solidaridad de varias figuras del mundo musical, entre ellas de Sting, quien señaló que "es horrible que las componentes de Pussy Riot puedan ser condenadas a una pena de siete años de cárcel" en un mensaje divulgado por Amnistía Internacional y reproducido por las agencias rusas.

Para el músico británico, "disentir es un derecho natural e inalienable en cualquier democracia y los políticos deben asumir con tolerancia este hecho".

También el grupo estadounidense "Red Hot Chili Peppers" manifestó su apoyo a "Pussy Riot" en los multitudinarios conciertos que recientemente ofreció en Moscú y San Petersburgo, en los que su cantante, Anthony Kiedis, actuó con una camiseta con el nombre del grupo ruso.