¿Qué puede esperar uno cuando los Guns N´ Roses se presentan en vivo? Mucha energía, fans alocados, música icónica, sentimientos desbordantes, Slash y sus riffs incomparables. Todo esto y más tuvo lugar la noche del 30 de septiembre en el Estadio Monumental Antonio Vespucio Liberti del Club Atlético River Plate. Después de casi 6 años, la banda liderada por Axl Rose regresó a Buenos Aires para hipnotizar por tres horas seguidas a un público de 65,000 personas.

Esta es la primera banda que se presenta en River Plate luego de la pandemia de Covid-19 y la noche de ayer fue la primera presentación de su gira “South American Tour” en Argentina, la cual continuará estos próximos meses. El ya mencionado Axl Rose como vocalista, Slash en la guitarra, Duff McKagan en el bajo, Dizzy Reed en los teclados, Richard Fortus como guitarrista rítmico, Frank Ferrer en la batería y Melissa Reese en los soportes de teclado estuvieron presente en el escenario e hicieron vibrar a todo el estadio.

Pero sin lugar a dudas, quien recibió la mayor ovación fue Saul Hudson -Slash-. Incluso cuando Axl estaba presentando a los integrantes del equipo, al momento de decir “On the guitar…”, el público empezó a aplaudir y gritar el nombre de Slash al unísono, prueba del cariño que le tiene Argentina al guitarrista. El artista de 57 años, como siempre, se destacó por sus riffs y punteos impresionantes con su clásica guitarra Gibson Les Paul. También usó otra de doble mástil o double neck. Lució su galera negra, largo pelo enrulado y camisa desabrochada hasta el ombligo.

Por otro lado, hubo mucha preocupación por el vocalista Rose, quien ya no es el mismo joven de los 90 y ha tenido problemas en el escenario en los últimos años. Sin embargo, fue una gran noche para Axl, saltando y corriendo como si hubiera regresado 30 años en el tiempo. Vistió sus siempre confiables botas y jeans rasgados. Incluso, fue cambiando de vestimenta a lo largo del concierto: desde chaquetas blancas y negras hasta un saco con brillo, pasó por todos los estilos. Su voz arrancó algo fría, pero con el pasar de los temas fue entrando en calor. A pesar de la edad, fue capaz de transmitir esa convicción que lo identificaba.

El show inició a las 21hs tras una apertura de los Airbag. Los Guns, arrancaron con It's so Easy del álbum Appetite, como hicieron en todo lo que llevan de gira. Le siguieron Chinese Democracy y Browstone. Momentos después, Axl se tomó unos segundos para recordarle a la gente que no se lastime entre sí. "People in front are getting smashed", dijo en modo de precaución.

Posterior a eso, la banda presentó el primer plato fuerte de la noche: Welcome to the Jungle. Como es costumbre el público argentino, el “pogo” no faltó cuando sonó el tema.

Entre otras canciones del repertorio se destacaron Reckless, Rocket Queen, U Could be Mine y Civil War. También tocaron dos covers ya característicos en su discografía: Live and Let Die, de Paul Mccartney y Wings; y Knocking on Heaven's Doors, de Bob Dylan.

Todos se emocionaron cuando el punteo inicial de Sweet Child O´ Mine empezó a sonar y las lágrimas cayeron cuando, a continuación, Axl Rose se sentó en el piano y tocó November Rain. Finalmente, la joya que coronó la noche fue Paradise City, la cual ha sido el cierre de los conciertos de los Guns en varias ocasiones.

Algo que agradó a los espectadores fue que, al final del recital, cuando la banda se estaba despidiendo, Rose volvió al escenario vistiendo una chaqueta con varias banderas de países de Sudamérica, con la bandera argentina al frente de la prenda. Para hacer un poco de espectáculo, Slash empezó a hacer la vertical con las manos, por lo que recibió una ovación final de parte de los fans.

Así fue el regreso de Guns N´ Roses a Argentina. Muchos tenían sus dudas, pero la banda superó todas las expectativas posibles, y aquel que no asistió porque dijo “Axl ya está grande, se va a agotar re rápido”, seguramente se está arrepintiendo en este momento.