Las historias sobre los Rolling Stones abundan. Es lógico que hayan cientos de mitos, leyendas y anécdotas reales en torno a una de las bandas más grandes de todos los tiempos, que además se fundó hace casi 60 años. Con motivo del fallecimiento del enorme Charlie Watts, muchos fanáticos volvieron a rememorar aquel rumor, que fue confirmado por Keith Richards, sobre la vez que el más amable de los Stones le pegó a Mick Jagger.

Según afirma Richards en su autobiografía llamada "Vida" que fue publicada en 2010 y reeditada en varias ocasiones, el episodio se dio en una gira por Ámsterdam en 1984. El guitarrista y el cantante de la popular banda inglesa salieron de fiesta y regresaron al hotel alrededor de las cinco de la mañana.

En ese mismo estado festivo, Jagger, que según muchos cuentan gozaba y abusaba de su inmensa popularidad por entonces, quiso llamarlo a Watts. Richards intentó detenerlo: "No lo llames a esta hora". Pero el vocalista hizo caso omiso, levantó el teléfono y marcó el número de la habitación de Watts. "¿Dónde está mi baterista?", le preguntó, pero no recibió respuesta alguna y le colgaron.

Unos minutos más tarde, alguien golpeó la puerta de la habitación en la que estaban Jagger y Richards. Cuando el guitarrista abrió se encontró con Watts, vestido de traje y corbata, elegante y perfumado, contrario a lo que esperaban a esa hora de la madrugada. El baterista pasó por su lado y fue a confrontar al cantante: "Nunca más me vuelvas a llamar tu baterista". Acto seguido, lo tomó de las solapas del saco y le propinó un gancho al mentón con mano derecha.

Por supuesto, la relación se recompuso y nunca más volvió a haber un problema de esa índole. En cada oportunidad que tuvo posteriormente, de manera seria o jocosa, Watts se dedicó a halagar al vocalista, como en 2015, cuando afirmó que desde la batería podía ver su parte trasera, "una de las mejores vistas del país". Eso sí, Jagger nunca más lo llamó "mi baterista".