* Infobae. Entrevista de Susana Ceballos.

Entrevistar a un humorista no es sencillo. Alberto Olmedo y Juan Carlos Calabró, en cámara arrancaban carcajadas pero apenas se apagaban las luces del estudio ellos también se apagaban. La explicación es casi lógica; así como no se le pide a un bancario que cuente billetes en la cena, por qué pedirle a un humorista que cuente chistes en la nota. Algo de eso pasará al entrevistar a Diego Korol, el primer intercambio de mensajes lo asemeja más al adusto Ramón Díaz, al que perseguía para una nota en los tiempos de Videomatch, que al histriónico conductor de Sin Codificar. La primera impresión es la de un hombre serio, expeditivo para contestar y con más ganas de irse a tomar un café con su hermano, que de acordar una entrevista, pero a no desesperar, luego de un rato, la charla no solo fluye sino que, con sus acotaciones graciosas y sus anécdotas increíbles, Korol no solo logrará hacer llorar de risa -literal- a esta cronista escéptica sino mostrar que ese humor que empezó con Los Vergara, revolucionó el mundo futbolero en Videomatch y brilló en Sin codificar, no es invento sino talento.