El cineasta iraní Jafar Panahi, quien se encuentra preso en su país por motivos políticos, fue distinguido en ausencia por la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes con el premio Carroza de Oro, que le fue otorgado por su película “Offside” (2005), que alude a las dificultades que las mujeres sufren en Irán.

Se trató de un acto con un doble significado, ya que por un lado fue un evento cinematográfico en el que quedó inaugurada esta sección paralela del certamen francés y, por el otro, porque se convirtió en una manifestación política contra la censura y en favor de la libertad de expresión en Irán. La ceremonia contó con la presencia de la cineasta francesa Agnés Vardá quien, fiel a su estilo lúdico y poético, subió al escenario con la figura de una paloma hecha por ella misma “para que –según dijo- vuele hasta Irán y le entregué este premio a Panahi”.

A ella se sumaron el actor francés Michel Piccoli, el cineasta Olivier Assayas y el crítico Serge Toubiana, quienes ocuparon sus asientos junto a una silla que permaneció vacía durante toda la ceremonia y que seguirá así durante todas las jornadas de la Quincena, evocando la presencia de Panahi, condenado a 6 años de prisión e inhibido de filmar y escribir guiones. También estuvo presente el ex ministro de Cultura y escritor francés Frédéric Mitterrand, que leyó un texto en homenaje al cineasta iraní, quien se convertirá en una figura central de esta 64ta. edición del Festival de Cannes, que exhibirá en una función especial “Ceci n’est pas un film”, la película que codirigió de manera clandestina junto a su colega Mojtaba Mirtahmasb.