Al final de la segunda temporada dejamos a la familia Roy en una guerra intestina entre Logan y Kendall, padre y primogénito se enfrentan por el control de Waystar Royco. Por ahora Logan Roy sigue al mando de su conglomerado de medios y empresas valuado en miles de millones de dólares, un patriarca que se niega a dejar la conducción porque considera que ninguno de sus hijos sería capaz de llegarle a los talones.