Antes que nada hay que decir que estamos frente a una historia real, aunque la magia de la serie la dibuje como si fuera ficticia.  La historia de los Edwards es tan peculiar como imaginativa la puesta que eligieron los creadores para contarla.

Hace unos 8 años, Susan y Christopher Edwards, fueron condenados a 25 años de prisión por el asesinato de los padres de Susan, en un crimen que fue ocultado durante 15 años. Los cadáveres fueron enterrados en el jardín de la casa de los ancianos que luego fue vendida. Así la pareja, que luego se trasladó a Francia, mantuvo la ilusión de que William y Patricia Wycherley continuaban con vida en el exterior mientras gastaban su dinero, cobraban sus pensiones y mantenían correo con sus allegados. 

Y tal vez podrían haber quedado impunes.

Fue Christopher, cuando en una crisis económica y emocional, le contó todo a su madrastra para que los ayude financieramente. La mujer los denunció y terminaron regresando a Londres y entregándose. En su descargo, la pareja adujo que Susan era responsable de un homicidio involuntario y su marido como cómplice de ocultar el crimen. La justicia inglesa, sin embargo, los consideró culpables de asesinato premeditado con la intención de quedarse con el dinero de los Wycherley.

Pero saliendo de la historia lineal, Ed Sinclair, creador y guionista de la serie utiliza infinidad de recursos para la narrativa y el dibujo de los personajes. Los Edwards son una pareja destinada a unirse y a aferrarse, el uno al otro. A mitad de camino de la fantasía que los une por su amor al cine, encuentran refugio (y así son retratados) en las películas y los héroes de ficción que los rodean en infinidad de posters y memorabilia. Los protagonistas se mezclan con escenas en blanco y negro de clásicos de Hollywood, distorsiona los límites de la realidad rompiendo la cuarta pared con los actores pasando de un set a otro, la muestra como un “falso documental” y la transforma, en otro momento, en casi una obra de teatro.

Christopher y Susan magistralmente interpretados por Olivia Colman y David Thewlis construyen su propia realidad, el mundo donde les gustaría vivir más allá del desencanto de cotidiano.
“Landscapers” es una serie inusual que cuenta la historia de dos personas que viven una historia de amor que los une y los margina tras el velo de la ficción que adoran. Sin perder de vista que es un hecho real que cuenta un crimen tétrico y despiadado.