En septiembre de 2013, Dexter Morgan desapareció de la cálida geografía de la Florida dejando un tendal de cadáveres como una estela de su paso y la necesidad de evitar que su “pasajero oscuro” lo dominara. Atrás quedaron ocho temporadas y 96 capítulos de la serie de Showtime que generó fanáticos en todo el mundo y un descontento generalizado por un final que dividió las aguas. Es que Dexter Morgan (Michael C. Hall) había construido un personaje perfecto, un asesino serial, sociópata, que elegía sus víctimas entre la lacra de la sociedad, personas que habían logrado eludir el sistema judicial para que este forense, sociópata y meticuloso los enviará a “dormir con los peces” para saciar sus instintos.

Los fanáticos de la serie empatizaron con esta suerte de antihéroe y se sintieron decepcionados cuando una gran tormenta tropical se llevó los últimos minutos de Dexter en un final que no estuvo a la altura de lo esperado. Sobre todo que ese cierre coincidió con el de Breaking Bad haciendo que el contraste fuera todavía más duro.

Ocho años después Showtime decidió que era tiempo de la redención y trajo de nuevo a Dexter al ruedo. Tomó una identidad falsa y se trasladó al frío del norte del estado de New York para aislarse y controlar sus impulsos. Ahora trabaja en una tienda de caza y pesca y está en pareja con la sheriff de lugar. En aquella geografía helada su hermana Debra (Jennifer Carpenter) aparece como su conciencia para ponerlo en el camino correcto y recordarle que hay muchas cosas que pueden salir mal si no se controla. Ese orden que se mantuvo por más de una década demuestra su fragilidad cuando Harrison, el hijo de Dexter, decide encontrarlo y por un asesino serial de mujeres que está activo en la zona.

Así se construyen los 10 episodios que darán, por fin, un corte acorde al personaje rompiendo con el aura de justiciero que lo enmascaraba en Miami. Cada capítulo ira tejiendo una historia que hará que Dexter intente reproducir su “modus operandi” para esquivar el desastre (incluso el regreso de David Zayas (Angel Batista) le pondrá una frutilla al postre) y demostrarse a sí mismo que el camino al infierno está plagado de buenas intenciones.

En definitiva, Dexter tuvo el final que merecía y los fanáticos podemos ubicar la serie donde se merece.