Los Nordic Noir han tenido, como efecto secundario, el quiebre del encanto y de la perfección que suele rondar la idea de la vida en esos países. En estas sociedades modelo, idealizadas y con un estilo de vida que está por encima de la media pareciera que no hay lugar para el delito y la ambición que corrompe voluntades. Sin embargo, parece ser, nadie está exento.