La central nuclear de Atucha II, la más importante del sistema energético argentino, está parada por una falla técnica que la obligó a frenar su actividad y aún no se sabe cuándo podrá volver a operar. Su aporte al tendido eléctrico nacional ronda el 3% del total y podría costarle al Gobierno cientos de millones de dólares para reemplazar esa fuente de energía durante los meses de mayor demanda.