La central nuclear de Atucha II, la más importante del sistema energético argentino, está parada por una falla técnica que la obligó a frenar su actividad y aún no se sabe cuándo podrá volver a operar. Su aporte al tendido eléctrico nacional ronda el 3% del total y podría costarle al Gobierno cientos de millones de dólares para reemplazar esa fuente de energía durante los meses de mayor demanda.

Atucha II dejó de funcionar en octubre del año pasado y fue desactivada para eliminar una pieza “suelta” del interior del reactor: un elemento de diez centímetros de largo que impedía que la planta funcionara con normalidad. Nucleoeléctrica Argentina, la empresa del Estado que opera todas las centrales nucleares, buscará eliminar dicho elemento por medio de un proceso técnico aún evaluación.

De manera oficial, en la estatal NASA aseguran que la eliminación de dicha pieza –la cual se encuentra en un sector del reactor al que no se puede tener acceso y al que se podría ingresar, como una alternativa, a través de un brazo mecánico– debería terminar cerca de junio de este año.

La principal central nuclear del país se encuentra parada

Sin embargo, fuentes involucradas de las operaciones en la central nuclear aseguraron que el proceso podría demorar todo 2023, pero se está haciendo lo posible para que el tiempo sea el más corto posible. Por suerte, la compañía y expertos consultados aseguraron que la falla no representa una amenaza a la seguridad de la planta, pero que la compromete en términos de generación eléctrica y financiera.

Atucha II, ubicada en Zárate, es una de las tres centrales nucleares argentinas junto a Atucha I y a Embalse y es la más potente del país. La misma genera 745 Mwe (megawatts eléctricos), frente a Atucha I (362 Mwe) y Embalse (656 Mwe), según Nucleoeléctrica Argentina.

No obstante, fuentes con conocimiento del proceso de construcción y de actualización de Atucha II en los últimos años aseguran que, a diferencia de las otras dos centrales, arrastra inconvenientes técnicos no resueltos en su totalidad por defectos durante su construcción. Por eso, a pesar de ser la central más grande, algunos sostienen que nunca logró trabajar al 100%.