Pocos jugadores han generado tanta expectativa en el último tiempo sin haber demostrado todavía demasiado en la NBA. Zion Williamson era una promesa sobre la cual todo el mundo del básquet estadounidense tenía puestos los ojos. Incluso desde sus tiempos en la Universidad Duke, cuando los estadios se llenaban a reventar y se pagaban arriba de 3500 dólares las entradas para verlo jugar. Hace tiempo no puede jugar por lesión, pero reapareció en la cancha de los New Orleans Pelicans y dejó una imagen preocupante.