El descomunal torneo hecho por la Argentina, que había conseguido ganarle a Francia en fase de grupos por 3 a 2, invitaba a ilusionarse. Sin embargo, el conjunto galo mostró una inmensa solidez y no dio demasiadas chances. El equipo nacional cayó 3 a 0, con parciales de 25-22, 25-19 y 25-22. Todavía le queda una chance para jugar por medalla: será nada menos que ante Brasil.

El primer parcial tuvo una enorme cantidad de errores de saque de los dos lados. Francia cometió algunos más, pero a pesar de ello pudo estar más cómodo en ataque. Los dirigidos por Marcelo Méndez dependieron demasiado de Bruno Lima, el goleador del torneo, que metió ocho puntos en ese arranque, pero luego, en el resto del partido solo pudo meter uno más.

Trevor Clevenot, que fue una de las figuras del partido, arrasó en el segundo parcial, en el que el equipo europeo sacó una mayor diferencia. Entre él y el buen trabajo del bloqueo no hubo grandes opciones para Argentina, que estuvo en ese parcial más lejos en el juego que nunca. Más allá de un rival firme, no fue un buen partido argentino.

En el tercero fue todo batalla y discusión. Hubo varios puntos debatidos en los que el árbitro evitó tomar decisiones. Francia había arrancado decididamente mejor pero de la mano de Facundo Conte, goleador argentino del juego, el equipo nacional se puso en partido. Llegó a empatar la historia y estuvo cerca de darla vuelta. Todo se mantuvo equilibrado entre el 15-15 y el 21-21, donde finalmente los galos tomaron una ventaja que iba a ser decisiva.  

Todavía queda una chance de ganar una medalla y de tomarse revancha. El sábado a la 1.30, Argentina debe enfrentar a Brasil, una potencia histórica, que eliminó al equipo nacional en Rio de Janeiro 2016 y que le ganó en fase de grupos de este torneo por 3 a 2 tras ir abajo 2 a 0, en un duelo increíble.