El Mundial de Brasil ya culminó, pero el problema con las reventa cada día que pasa se torna más escandaloso. Todo comenzó cuando la Policía de Río de Janeiro logró desbaratar una banda encabezada por el argelino Mohamadou Lamine Fofana. Esto fue el simple inicio de la cuestión, ya que ese dato los llevó a un pez gordo: llegaron a Raymond Whelam. Esta persona es el director ejecutivo de la empresa Match, la elegida por FIFA para encargarse oficialmente de la comercialización de las entradas.

Igualmente, mientras toda esta investigación seguía su curso, la Asociación del Fútbol Argentino, junto a otras, quedó involucrada y manchada. En el 'mercado negro' comenzaron a verse localidades con los nombres de, nada más ni nada menos, que Julio y Humberto Grondona, quien salió a defenderse de las acusaciones.

También hubo jugadores que quedaron en el medio de la escena. Ezequiel Lavezzi, quien supuestamente le dio entradas a la barra de Rosario Central (club del cual es hincha) y Javier Mascherano, debido a que su hermano también vendió tickets.

Sin embargo, ESPN Brasil fue muchísimo más allá y difundió un tremendo video, el cual desnuda todos los manejos que hubo en la reventa en el seno de la comitiva argentina. En las imágenes se puede apreciar cómo Omar Souto (dirigente de AFA) y Alberto Capuchetti (Jefe de Seguridad), "hacían de las suyas" y vendían remanentes en el lobby de los hoteles donde se hospedaba el plantel antes de los partidos.

¡Pero hay más! Este medio también involucra a algunos periodistas argentinos, a Luis Segura –presidente de Argentinos Juniors-, a quien lo ponen como un nexo para conseguir los compradores y a Emilio Vázquez, contador de AFA, a quien contactaban desde Buenos Aires.

También afirman que las entradas eran vendidas a mayores valores que los estipulados previamente por la FIFA, ya que oscilaban entre los 980 y 2200 reales. Vale recordar que la AFA consiguió 700 tickets por partido que sólo pueden ser entregados a sponsors, empresas y allegados a la entidad. Mientras que, por reglamento de la FIFA, a los jugadores de cada Selección se les reserva cuatro entradas de protocolo y se les da la posibilidad de adquirir otras cuatro más. Ah, y si no son utilizados, deben ser devueltos para venderlos de ‘manera legal’.