Las eliminaciones de los equipos argentinos de la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana dejan varias conclusiones. Los diversos análisis sobre la crisis estructural del fútbol argentino y las consecuencias directas en las eliminaciones son situaciones debatibles y subjetivas. Pero hay un hecho concreto: todos tendrán como objetivo primario ganar el campeonato local, algo que desde hace mucho tiempo no pasaba.

La competitividad de los equipos argentinos a nivel continental durante los últimos años y el extraño formato de los torneos llevó a que muchos de los equipos más poderosos deban optar por un campeonato u otro y que una vez eliminados de las competencias prioritarias no tuvieran margen para volver a ponerse a tiro en el campeonato argentino.

La última vez que no hubo equipos argentinos en las semifinales de la Copa Libertadores fue en el 2010. Sin embargo, en dicho año, Independiente ganó la Copa Sudamericana. Para remontarse a una fecha en la que no hubo equipos nacionales en las instancias decisivas de ninguno de los dos torneos continentales hay que irse hasta el 2006, hace 15 años. En aquellos años, la Libertadores se jugaba en el primer semestre y la Sudamericana en el segundo; no compartían calendario.

Pero, el detalle es que aquel entonces, desde los partidos de vuelta de los cuartos de final de Libertadores, el campeonato nacional había finalizado, es decir, no había doble competencia. Las semifinales de las que ya no participaron equipos argentinos comenzaron a jugarse a finales de julio y el torneo argentino finalizó la primera quincena de mayo. Boca, que no se clasificó a la Libertadores de ese año, fue el campeón del Clausura 2006. Lanús y River que alcanzaron los cuartos de la Sudamericana y Libertadores, quedaron segundo y tercero respectivamente.

En 2010, pasó algo similar y quizás hasta más pronunciado. El campeón del Clausura fue Argentinos Juniors, que se impuso por un punto sobre Estudiantes de La Plata. El Pincha jugó la vuelta de los cuartos de final de la Copa Libertadores contra Inter de Porto Alegre cuatro días después de jugarse su chance en la última fecha del campeonato local.

Todos estos datos marcan una sola cuestión: hace muchos años que por formato de competencia, éxitos internacionales o cuestiones de calendario, no se juega un campeonato argentino que sea la máxima prioridad deportiva para los equipos participantes, como sí sucederá con este Torneo 2021. Es cierto, ya van seis fechas, pero en un campeonato que tiene 25, todos tienen un absoluto margen de recuperación.

Por supuesto, el interés no garantiza buen juego. De hecho, las eliminaciones en el marco de las competencias continentales pueden marcar la pauta de un bajón en el nivel de los equipos argentinos. Sin embargo, será interesante ver la disputa por un torneo local en el que los principales clubes pongan todos sus recursos para ganar.