Una individualidad superlativa le dio tres puntos muy valiosos. El jugador más rebelde, tanto en los buenos como en los malos momentos, se cargó el equipo al hombro y fue la pieza clave del triunfo de Independiente. El Rojo derrotó 2 a 1 a Sarmiento en Junín con dos goles y una actuación muy destacada de Leandro Fernández. Nicolás Femia había abierto el resultado tras un blooper totalmente insólito de Juan Manuel Insaurralde y Milton Álvarez.

El conjunto de Avellaneda volvió a ensayar una formación muy anárquica con cuatro delanteros y pocas posiciones fijas. En ese contexto, el partido era parejo pero el local había tenido la más clara con un cabezazo de Federico Rasmussen que sacó Álvarez, tras un pésimo despeje de Iván Marcone.

A los 17, el equipo de Julio César Falcioni sufrió una baja que lo acomodó. Facundo Ferreyra sufrió una lesión muscular y lo reemplazó Tomás Pozzo. Si bien el volante no entró bien, el cambio permitió que Fernández abandone el costado derecho y se mueva con mucha más libertad. Desde entonces, el delantero hizo absolutamente lo que quiso con la defensa del Verde. A puro amague de remate y enganche generó las chances más claras de su equipo que mereció irse al entretiempo en ventaja.

Para el segundo tiempo, el conjunto de Israel Damonte salió más concentrado y en la primera asestó un golpe clave. Yair Arismendi, que recién había ingresado, armó una jugada genial por la derecha y tiró un centro atrás que parecía no terminar en nada. 

Pero Álvarez, a quien le caía mansa en las manos la soltó. Cuando se disponía a agarrarla nuevamente sin ningún rival alrededor, Insaurralde, en un intentó brusco de sacarla, le pateó violentamente las manos. Femia, con toda tranquilidad recibió la pelota y tocó a la red.

El Rey de Copas se sumió en la fragilidad emocional que suele caracterizarlo. Incluso Falcioni contribuyó al desconcierto general al sacar a Pozzo, a quien había puesto en la primera mitad. El ex entrenador de Banfield ha hecho un daño muy difícil de reparar en un juvenil que generaba enormes ilusiones para el fútbol argentino.

Todos menos Fernández, que con su característica bravura, única cualidad que permanece inalterable en todos sus encuentros, dio vuelta la historia. A falta de 15 minutos, tras varios intentos impetuosos pero infructuosos, la pelota le cayó casi en el vértice izquierdo del área. El atacante le dio fuerte de primera, la pelota se desvió en Jean Pierre Rosso y se metió.

Dos minutos después, Alex Vigo le quitó la pelota a Lisandro López cerca del área y encabezó un contraataque. A la altura de la mitad de la cancha cedió para Fernández, que condujo y siempre tuvo el arco entre ceja y ceja. Finalmente remató y, tras un desvío en Rasmussen, la pelota entró por el palo derecho de Sebastián Meza.

Independiente tocó el fondo y parece haberse impulsado hacia arriba. Le falta muchísimo para poder afirmar que sacó la cabeza del fondo del océano futbolístico e institucional por el que atraviesa, pero los resultados lo ahogan un poco menos. Al menos tiene un futbolista de techo muy alto y de piso muy bajo en un muy buen momento.