Quizás porque el campeonato de Primera División ya parece tener dueño. Quizás por la polémica que genera el hecho de que uno de los equipos sea el caballo del comisario. Tal vez por el morbo que genera el duelo de poderes o a lo mejor simplemente por la importancia de lo que hay en juego. Tigre y Barracas Central captó la atención de un país entero, que podrá vivir por Continental, desde las 20, la gran final de la Primera Nacional.