Más allá de algún resultado puntual, como equipo, la gran sorpresa del Mundial ha sido sin dudas Marruecos. Tras ganarle el grupo a Bélgica y Croacia, dio un golpe aún más grande. Derrotó por penales a España y avanzó a los cuartos de final. Habían empatado 0 a 0 en el partido y en la tanda decisiva fue 3 a 0 para los africanos.

El equipo que dirige Luis Enrique fue totalmente fiel a su estilo. Tuvo muchísimo la pelota, hizo un culto a la paciencia, pero generó realmente muy poco. En el primer tiempo no pateó, ni al arco ni fuera de él.

Su rival, por el contrario, se focalizó prioritariamente en cerrar espacios y defender con fiereza. Aún así, tuvo de contraataque las aproximaciones más concretas. Soufiane Boufal jugó un primer tiempo memorable a pura gambeta y Naif Aguerd se perdió un cabezazo sólo por el segundo palo.

En la segunda mitad, el conjunto ibérico tuvo algunas chances más importantes, especialmente desde que ingresó Nico Williams, uno de los pocos que con su velocidad y gambeta trató de romper el molde de la tenencia excesiva sin riesgos.

De todos modos, no se sacaron ventajas y debieron jugar un alargue. Como en casi todos estos tiempos suplementarios, pasó realmente poco. Ante el cansancio de los africanos hubo una sensación constante de peligro por parte de los europeos y en los últimos instantes España tuvo mejores chances que en todo el encuentro.

El encuentro se definió por penales y allí se concretó el batacazo. Pablo Sarabia estrelló el primer disparo de su selección contra el palo izquierdo. El heroico Bono le atajó el segundo a Carlos Soler, pero inmediatamente después Unai Simón detuvo el remate de Badr Benoun y generó suspenso.

Sin embargo, Sergio Busquets tampoco pudo con Bono, que ya era un arquero de élite mundial pero en este partido se transformó en leyenda. En el último remate, el símbolo del equipo, Achraf Hakimi la picó y desató la locura de todo un país.

Marruecos ya concretó una actuación 100% histórica: llegó más lejos que nunca en un Mundial e igualó la mejor actuación de equipos africanos. En cuartos irá con Portugal y Suiza, y, si bien una vez más irá de punto, hay margen para más sueños.