El negocio de la pelota no puede parar. No importa las condiciones, da la sensación de que lo que mueve y recauda el fútbol es tan fuerte que no puede detenerse ni aunque, como en este caso, claramente no estén dadas las condiciones para jugar un partido. Este martes, en medio de la guerra, volvieron a jugarse partidos por la liga de Ucrania.

Para que se pueda volver a jugar al fútbol, las autoridades deportivas debieron consensuar una protocolo de seguridad con el Ejercito y las fuerzas de seguridad. El mismo consiste entre otras cosas, en designar estadios específicos en ciudades lo más alejadas posibles de la zona de fuego.

Además, cada estadio debe tener un refugio antiaéreo a no más de 500 metros y debe estar equipado con sistemas de alarmas que se activen ante cualquiera emergencia y le permitan a los futbolistas evacuar en medio de un ataque.

El campeonato no solo se jugará sin público, sino que también tendrá dos equipos menos que en temporadas anteriores. El FC Mariupol, equipo de la ciudad portuaria tomada por Rusia, no jugará el campeonato, como tampoco lo hará el Chernígov, a quien, entre otras cosas, le demolieron la cancha en un bombardeo.

Durante la primera fecha se vio además un panorama inusual para la liga: la mayoría de los equipos presentaron formaciones con mayoría de jugadores locales. El Shakhtar Donetsk, por ejemplo, el club más poderoso del país que suele estar mayoritariamente compuesto por extranjeros, muchos de ellos brasileños, presentó una alineación con nueve ucranianos.

Más allá de que la enorme mayoría de los extranjeros decidieron irse de allí y fueron amparados por la FIFA para poder hacerlo, algunos decidieron ir a jugar a esa liga. El argentino Domingo Blanco rechazó múltiples propuestas para renovar en Independiente para llegar al Dnipro, mientras que Emiliano Purita, ex San Lorenzo, se tomó un avión desde nuestro país para jugar en Rumania y en el medio del vuelo, cambió la negociación y terminó en Ucrania.

Si bien solo se puede jugar en cuatro ciudades o reasignadas, Kiev, Lviv, Lutsk y Úzhgorod, todavía se desconocen los días y horarios para la próxima fecha por motivos de seguridad. Temen que revelar con tanta anticipación el cronograma pueda desatar un ataque sobre alguna de las zonas de juego.