Dentro del mundo del fútbol, ámbito más que próspero para la creación de mitos y leyendas heroicas, existen torneos aún más apropiados para sorpresas que quedan para siempre en la memoria. La F.A. Cup, el torneo más antiguo del mundo, ha sido escenario de múltiples eventos históricos para el deporte, a lo largo de sus 150 años de historia.

Sin embargo, pocos han tenido la épica de la campaña del Wycombe en la temporada 2000-2001, ayudado por un ignoto jugador que luego de varios fracasos contestó un aviso por internet en el que se solicitaba un delantero y en menos de una semana se metió en la historia grande del fútbol.

El Wycombe es un equipo de tradición en el ascenso inglés que nunca ha podido llegar más lejos que la Primera División de Inglaterra, que equivale a una tercera categoría de cualquier otro país, por debajo de la Premier League y el Championship. 

Ese club humilde tuvo hace 20 años su momento de hacer historia. La F.A. Cup es un torneo de clubes muy relevante para el Reino Unido, donde compiten equipos de todas las categorías. Obviamente, suelen imponerse los poderosos de la Premier League, pero hay lugar para las excepciones.

En la temporada 2000-2001, Wycombe estaba en la cuarta categoría pero tuvo una racha de partidos formidable en esa copa. Derrotó en la primera ronda al Harrow Borough de poca historia, pero luego eliminó consecutivamente a tres equipos de categorías superiores: Milwall, Wolverhampton y Wimbledon. A este último le ganó por penales 8 a 7 luego de empatar dos partidos seguidos.

Hasta ahí la campaña ya era altamente superior a cualquiera hecha por el club en toda su historia, pero se venía un desafío tremendo: jugar los cuartos de final del torneo frente al Leicester de la Premier League. Todo el pequeño condado rural de Buckinghamshire, de donde es el equipo, estaba convulsionado con la oportunidad de quedar entre los cuatro mejores.

La tarea de por sí era titánica: ganarle de visitante a un equipo de élite. Pero una increíble serie de desgracias la hicieron aún más compleja. De manera asombrosa, al equipo se le empezaron a lesionar jugadores, todos delanteros. A una semana del gran partido, casi no tenía jugadores de ataque.

Desesperado, el director técnico Lawrie Sánchez puso un aviso de trabajo en la incipiente internet: "Se busca delantero goleador". Algo insólito e impensado para un club que tenía que jugar los cuartos de final de un torneo de altísima importancia en uno de los países más profesionalizados en cuanto al fútbol. Pero el aviso fue contestado.

Roy Essandoh había intentado toda su vida ser futbolista y nunca le había ido bien. El nacido en Irlanda del Norte pero criado en Ghana había jugado en Escocia y en Finlandia, en equipos que pagaban poco y ya durante los últimos meses había pasado a jugar gratis para probar suerte en otros clubes. 

Cuando vio la búsqueda laboral por la web no lo pudo creer: inmediatamente respondió y fue citado por las autoridades del club. Llegó apenas unos días antes del gran partido y no pudo siquiera entrenar con el equipo, pero por las circunstancias fue al banco de suplentes.

El día del gran encuentro el Wycombe fue ordenado, hizo su juego y a los 5 minutos del segundo tiempo se puso en ventaja. El poderoso rival arremetió y a los 23 empató la historia. Cuando quedaban poco más de 15 minutos y refrescar el ataque era imperioso, el ignoto Essandoh fue enviado a la cancha. 

El partido estaba muy difícil para su equipo que se enfrentaba a un rival de mayor jerarquía y con más preparación física. Pero el milagro se dio. En el minuto 90 cayó un centro desde la izquierda y el delantero irlandés arremetió con ilusión e inconsciencia. Cabeceó con firmeza hacia la derecha del arquero y talló su nombre en los anales del fútbol grande. 

La locura de los pocos hinchas que habían viajado fue total, así como la de sus compañeros. Un equipo de cuarta categoría consiguió eliminar a uno de primera con un gol de un jugador casi amateur que había llegado hace días al club luego de una breve entrevista laboral.

Essandoh se convirtió en ídolo y fue rápidamente apodado "Cyberman" por medios y fanáticos, en relación al aviso que respondió por internet. La ilusión del Wycombe no quedó allí: en semifinales fueron a jugar contra el poderoso Liverpool y dieron batalla con hidalguía, pero perdieron 2 a 1 contra el equipo que a la postre sería campeón.

La historia de Essandoh con Wycombe duró solo unas pocas semanas más. Aunque fue titular en el duelo ante Liverpool, poco después rescindió su contrato. Probó suerte en el Barnet y algún otro equipo del ascenso inglés pero rápidamente cayó a jugar en clubes muy menores. Sin embargo, su historia es mito y su nombre es gloria a la hora de hablar del torneo de fútbol más antiguo de todos los tiempos.