Lionel Scaloni presentó una extensa prelista de convocados a la Selección Argentina para los duelos ante Venezuela y Ecuador por Eliminatorias. Allí citó a una gran cantidad de jugadores, y, tal como ha hecho para las últimas fechas, llamó a varios juveniles sin experiencia en Primera y casi desconocidos para el gran público del fútbol para que tomen contacto con la albiceleste.

Lo curioso es que la gran mayoría de ellos juega en categorías formativas de importantes clubes de Europa: Luka Romero, caso más conocido por su pronto debut en Mallorca y actualidad en Lazio, Franco y Valentín Carboni del Inter, Tiago Geralnik de Villarreal, Nicolás Paz del Real Madrid y Alejandro Garnacho que juega en el Manchester United.

Con los dos últimos se da una situación particular. No nacieron en Argentina y podrían optar por jugar tanto para nuestro país como para España. Un fenómeno propio de estos tiempos en los cuales es absolutamente frecuente que jugadores con condiciones sean buscados por gigantes a muy temprana edad, pero también, que por cuestiones laborales familiares, simplemente hayan nacido o hayan vivido largo tiempo en el exterior.

La prelista completa de Argentina.
La prelista completa de Argentina.

Nicolás Paz, quien juega en el Real Madrid Castilla, la filial del gran equipo español, nació en Santa Cruz de Tenerife en el 2004. Es hijo de Pablo Paz, ex jugador de Newell´s, Banfield e Independiente que tuvo una larga carrera en España y que fue medallista olímpico con la sub 23 de Argentina en Atlanta 1996 y parte del plantel que fue al Mundial de Francia 1998.

Alejandro Garnacho juega en las juveniles del Manchester United. Nació en Madrid, en el 2004, y jugó en las inferiores del Atlético hasta hace dos años. También tiene doble nacionalidad e inclusive ya jugó para la sub 18 de España.

Tantos medios europeos como la Federación Española de Fútbol han manifestado su enojo aunque no pueden hacer demasiado más que hacer llamados y expresar bronca: no tienen potestad alguna sobre la voluntad de los jóvenes. Lo cierto es que el movimiento de Scaloni es inteligente pero no decisivo.

Desde el año 2020, la FIFA aprobó que un jugador pueda cambiar de selección, siempre y cuando haya jugado menos de tres partidos con un país, antes de haber cumplido 21 años. No importa si esos encuentros fueron oficiales o no, pero no pueden haber sido en un Mundial. 

Parece complejo que todos los chicos convocados tengan minutos suficientes en el próximo tiempo como para tener una garantía, pero sí, el hecho de formar parte del plantel, integrarse a un equipo con espíritu ganador y compartir concentración con ídolos del fútbol mundial como Lionel Messi o Ángel Di María, puede influir en su decisión final.