"A Fillol le debo todo lo que soy en mi carrera, porque él fue quien me dio un lugar en Racing, donde empezó todo lo que vino después. Ojalá él estuviera siempre arriba de todos en cantidad de partidos también. Que no hubiera nadie que lo superara y todos quedemos detrás suyo, porque es un grande", elogió Romero a pocas horas de alcanzar una envidiable cantidad de partidos como arquero del seleccionado argentino.

"En el `Pato` encontré no solamente un excelente entrenador de arqueros que me mejoró en lo técnico, sino también en lo humano. El fue capaz de correr un día 150 metros para corregirme el pasaje de piernas que hacía cuando debía recorrer el área chica para cambiar de palo ante un remate. Ese fue un gesto que surgió un día de la nada y fue muy valioso para el resto de mi carrera. No lo olvidaré", destacó.

Este misionero de 27 años que por estos días disfruta de buenos tiempos en la Selección pero padece en su club, donde no tiene la continuidad que viene reclamando y mereciendo desde hace mucho, confiesa que vive hablando de Fillol por todos lados.

"El otro día el `Pato` me llamó para decirme que no hable más de él, porque todo lo que me gané lo hice con mi esfuerzo. Así de generoso es", siguió resaltando Romero.

La actuación destacada que le cupo en el Mundial de Brasil no le sirvió de mucho cuando volvió a su club, que lo prestó al Mónaco francés, donde tampoco pudo jugar, algo que le sigue sucediendo de manera interrumpida en su retorno a la Sampdoria.

"Sabía que el Mundial no me iba a cambiar la vida, porque cuando volví a Europa las cosas siguieron igual. Pero yo no me quejé.