La cancha de Boca vivió una fiesta llena de momentos emotivos en el partido despedida de Juan Román Riquelme. Con un partido que enfrentó a excompañeros del 10 con la camiseta xeneize contra jugadores actuales y pasados de la Selección Argentina, la Bombonera latió y le rindió tributo al gran ídolo y actual vicepresidente del club. 

Hubo reconocimientos para todos los que jugaron, incluído Agustín, el hijo de Román. Después de partido, Riquelme reconoció que “cuando era chiquito, en Don Torcuato, soñaba con ser el Beto Márcico, Maradona, el Manteca Martínez". El 10 agradeció las presencias de todos los que participaron. 

El partido fue una excusa para reunir a casi 50 mil personas que colmaron el estadio y que ovacionaron a José Pekerman, Alfio Basile y Carlos Bianchi en el momento en el que Riquelme les agradeció especialmente por haberse sumado a la fiesta. “Usted es el culpable de que todos los bosteros pensemos que ganar la Copa Libertadores es muy fácil. Sabe que lo quiero mucho, me siento parte de su familia”, le dedicó a Bianchi.

“Tuve la suerte que ustedes me ovacionaron”, les brindó a los hinchas y sumó el homenaje “al más grande que ví cuando yo era chiquito, que fue Maradona". También guardó un espacio para que la gente acariciara a Leo Messi con aplausos y gestos de respeto. 

Román armó su fiesta, su despedida, por más que nunca se va a ir del alma del hincha de Boca. “Cada día le pido a Dios que podamos seguir teniendo esta relación, este respeto. Yo sin ustedes no podría vivir. Los quiero mucho”, les dijo a los simpatizantes y se entregó al resto del reconocimiento.