El mundo del fútbol continúa con su nefasta costumbre de ignorar o apañar a jugadores con causas judiciales por violencia de género o acoso sexual. En este caso, el jugador en cuestión es Johan Carbonero, quien no sólo juega todos los fines de semana en Gimnasia sino que además, ahora, es pretendido por Racing, que podría pagar una suma millonaria por él.

El colombiano llegó a Argentina en 2020 proveniente de Once Caldas para jugar en el Lobo. Durante sus primeros días en el país se alojó en un hotel de La Plata, donde habría acosado e intentado abusar sexualmente de una recepcionista.

El caso fue llevado adelante por la titular de la Unidad Funcional de Instrucción 7 de La Plata, Virginia Bravo y actualmente el jugador se encuentra procesado por acoso sexual y tentativa de abuso en una causa que irá a juicio oral.

Cabe aclarar que no se trata de una mera acusación. La teoría del derecho prevé que para procesar a un denunciado se requiere semiplena prueba de culpabilidad, es decir, un 33,3% del hecho comprobado. Y, para elevar a juicio oral, un 66%. Es decir, ya no sólo se habla de la verosimilitud de la denuncia, sino de una alta probabilidad de culpabilidad.

En la operación, la Academia compraría el 50% del pase del delantero en 3 millones de dólares. Llama la atención que la dirigencia del equipo de Avellaneda gaste semejante cantidad en un futbolista que podría perder, dado que los delitos de los cuales se lo acusa tienen una condena que podrían llevarlo a prisión.

Algunas agrupaciones feministas han elevado la voz contra la contratación del jugador, pero no han sido oídas. Otra vez la sensación es que el mundo del fútbol busca proteger a un posible delincuente y que el paso a un equipo grande como Racing, con tan buenas conexiones con el mundo de la política, puede garantizar la impunidad.