El líder de los Rolling Stones tuvo que salir a defenderse. “No puse una maldición en la Copa del mundo de Brasil”, dijo Mick Jagger en una entrevista al diario inglés The Sun.

Sin quererlo, el cantante se había ganado la fama de “mufa” en el Mundial de Sudáfrica de 2010. A cada selección que apoyó, terminó perdiendo. Lo mismo sucedió en Brasil. En plena gira con su banda por Europa, Jagger usó su Twitter para apoyar a Italia, que perdió contra Uruguay 1 a 0. También apoyó a su seleccionado, Inglaterra, que ni siquiera superó la primera ronda. Pero eso no fue todo: el cantante viajó hasta Belo Horizonte, para sentarse en la tribuna del Mineirao, junto a su hijo Lucas de 15 años, de su relación con la modelo brasilera Luciana Giménez. Alentó a la “verdeamarela” en la semifinal contra Alemania y el equipo de Luis Felipe Scolari terminó perdiendo, por un humillante 7 a 1. “Yo puedo tomar la responsabilidad por el primer gol de Alemania, pero no por los otros seis”, avisó con humor el legendario músico ante el enojo del público brasilero que lo culpó como uno de los responsables de la derrota.

Su ex pareja, Luciana, también salió a defenderlo a través de las redes sociales. “A pesar de que sólo parece ser una cosa pequeña, Mick es una persona como todos nosotros, y que no se merece ser tratado de esta manera por los brasileños”, escribió la modelo en Instagram, dolorida por el trato de sus compatriotas a Mick. Además, los acusó de hacerle “ciber- bulliyng” a la estrella de rock inglesa de 70 años (ver recuadro). Parece que Mick evitará los estadios de fútbol por un largo tiempo.