México, que parecía totalmente abatido, tuvo chances de clasificarse a la siguiente fase del Mundial hasta el último segundo de su partido. Le ganó 2 a 1 a Arabia Saudita pero no le alcanzó por diferencia de gol. Estuvo a un sólo tanto de meterse en los octavos de final.

El equipo que dirige Gerardo Martino fue claramente superior a su rival y pese a que tenía la soga al cuello sacó adelante el partido. Antes del encuentro tenía 1 punto y una diferencia de gol de -2. Debía alcanzar a Polonia que tenía 4 puntos y +2.

En la segunda parte, el conjunto azteca consiguió destrabar el partido. A los dos minutos, Henry Martín marcó el primero y cinco minutos después Luis Chávez hizo el segundo. Al mismo tiempo, llagaban las noticias del partido de Argentina, que derrotaba a Polonia 2 a 0.

Con esos resultados, Polonia quedaba con 4 puntos y 0 de diferencia de gol, exactamente igual que México. Sin embargo, el equipo europeo tenía una ventaja, el último criterio de desempate posible: la cantidad de tarjetas amarillas. En caso de igualdad de puntos, prima la diferencia de gol, después la cantidad de goles a favor, luego el resultado del partido entre sí y a continuación las tarjetas rojas.

En todo eso, estaban igualados, pero el equipo norteamericano tenía más amonestados a lo largo de la Copa y tan sólo por ese injusto motivo se quedaba afuera. Tuvo que ir con desesperación en busca de un tanto más, mientras se lamentaba por los goles que erraba el equipo de Lionel Scaloni, que le hubiesen dado una mano enorme.

Sobre el final, Salem Al Dawsari empató para los asiáticos. Ese tanto fue un golpe anímico brutal para el conjunto de la CONCACAF, que no pareció comprender que no cambiaba nada. Todavía necesitaba un sólo gol más para clasificarse, porque hubiese igualado nuevamente la diferencia de goles pero con un tanto más a favor.

Finalmente, no pudo ser y México se quedó afuera en fase de grupos, algo que no le sucedía desde 1978, aunque cabe aclarar que no se clasificó a las Copas del Mundo de 1982 y 1990.