Llegó el día tan impensado en el que Lionel Messi se presentó con la camiseta de un nuevo equipo. El argentino compareció a una rueda de prensa junto al presidente del PSG, Nasser Al-Khelaifi, y se mostró contento y distendido para responder varias preguntas vinculadas a la revolución que causa su arribo a Paris.

En ningún momento obvió su difícil salida de Cataluña, pero fue sutil para dar vuelta la página y pensar en el futuro: “Todo lo que me pasó fue muy duro y rápido. Fue emocionante lo de Barcelona, pero ahora estoy ilusionado con esta nueva etapa para mí como para mi familia. Me tocó pasar por muchos sentimientos. Nadie está preparado para vivir todo eso junto y lo fui asimilando como pude. Estoy muy feliz, mi salida del Barca fue muy dura. Estoy con muchísimas ganas y con ganas de entrenar. Disfruto muchísimo desde el día que llegué pero quiero empezar a entrenar. No aguanto más las ganas de encontrarme con mis compañeros y el cuerpo técnico".

Además, se mostró entusiasmado respecto del nivel del equipo en el que va a jugar. "Siento una felicidad enorme de poder compartir el día a día con esta plantilla que tiene grandes figuras en todas sus líneas. Además de lo que había se hicieron grandes fichajes. Quiero competir con los mejores”, afirmó con notoria alegría.

Pese a la ansiedad, propia y de los fanáticos, fue prudente a la hora de referirse a su debut y aseguró necesitar cierta preparación: “No sé cuándo voy a debutar. Seguramente tendré que hacer una pretemporada solo, entrenarme bien. Ojalá pueda jugar lo antes posible, pero tengo que ver, entrenarme y ver como me voy sintiendo y como me ve el cuerpo técnico”.

Por otro lado, no titubeó a la hora de afirmar cual es su gran objetivo personal y el del club. "Creo que llego a un equipo ya hecho, que estuvo muy cerca de ganar la Champions. Yo vengo a ayudar, a dar el máximo, con más ganas que nunca. Mi objetivo es poder volver a levantar otra Champions y creo que caí en el lugar ideal para poder hacerlo", aseguró. 

Aunque luego, le puso cierto freno a la ilusión y se mostró más prudente: "Hay veces que podes tener el mejor equipo del mundo y no ganarla. Es muy difícil. El PSG lo sabe, en estos últimos años teniendo un equipazo no lo pudo conseguir. Están los mejores y es muy difícil ganar. Hay que tener un grupo fuerte y unido, como parece tener este equipo y hay que tener un poquito de suerte: siempre en los equipos campeones está o se busca".

También, se encargó de afirmar casi de manera permanente la importancia del plantel y el cuerpo técnico en su llegada. “Tengo gente amiga y conocida en el vestuario y eso influyó en que elija este lugar. Mirando la plantilla uno se ilusiona y ve que tiene muchísimas posibilidades de conseguir lo que quiero. Con el PSG teníamos los mismo objetivos separados, ahora esperemos que podamos conseguirlos juntos. Y con Pochettino tengo una relación de mucho tiempo. Lo conozco. Cuando apareció la posibilidad hablamos y estuvo todo muy bien desde el principio. El hecho de ser los dos argentinos ayudó", confesó el flamante número 30.

Por último hizo una retrospectiva hacia los inicios de su carrera y contó en que cree que cambió y que sigue igual: "Desde mis años en las infantiles de Newell’s crecí como deportista y como persona. Pero tengo la misma ilusión y las mismas ganas que cuando era un nene. Me encanta jugar, me encanta ganar y voy a dejar todo para intentar conseguir los objetivos".