La Selección argentina de rugby igualó en 16 ante su par de Sudáfrica por la segunda fecha del Rugby Championship, que reemplaza al viejo Tres Naciones.

Los Pumas estuvieron a un paso de hacer más historia todavía, pero en el cierre no lograron mantener la ventaja sobre el conjunto africano, que se apoyó en los penales para llegar al resultado final.

Hicieron un primer tiempo perfecto los Pumas. En defensa -tackle, presión, concentración, scrum- y en ataque -se animaron a jugar más abierto y pusieron el juego en campo rival-. Sumaron con el pie de Rodríguez Gurruchaga -dos penales- y consagraron 40 minutos brillantes con una conquista para guardar en el archivo.

Tras ocho fases de choque de los fowards, Figallo cedió para Santiago Fernández, que se coló por el eje de la formación y apoyó en soledad.

La tónica para el complemento no cambió: el partido se intentó jugar en campo rival y se sumó con el pie (Rodríguez Gurruchaga sumó tres puntos más). Si el gran desafío era mantener niveles de concentración y de intensidad física, los Pumas lo lograron por lapso de 24 minutos más, aunque Sudáfrica salió decidida a disputarle el protagonismo.

Se acercó con el pie de Morné Steyn (9-16). Y el partido tuvo un momento clave: en la única falla del equipo argentino, los Springboks pudieron visitar el in-goal local.

Marcelo Bosch fue interceptado por Frans Steyn cuando intentaba despejar y, con el bloqueo, igualó el partido en 16, cuando se jugaban 24 de la segunda parte. Fue la muestra cabal de que un error, por mínimo que sea, en el primer nivel se paga carísimo.